domingo, julio 08, 2012

Un grupos de vecinos que plantó cara al sector funerario

La mútua nace en 1976 con trescientas familias

La Mutualidad de Les Arenes fue la única nacida en el seno de una AVV. Corrían los años 70 y, en plena efervescencia asociativa, los vecinos del barrio decidieron plantar cara a las aseguradoras creando una mútua que les permitiera financiar sus entierros. “Estábamos cansados de pagar cuotas altísimas a las compañías, hicimos números y vimos que era posible crear nuestra propia mútua y ahorrarle un montón de dinero a las familias”, explica Pablo Gómez, presidente de la entidad durante 25 años.     

La autogestión se había convertido en los años 70 en un talismán para el mundo obrero, que puso a prueba  su capacidad de liderazgo también al frente de empresas sustentadas sobre  el voluntarismo. En Les Arenes, las mismas personas que lideaban la asociación de vecinos gestionaban la mútua, dedicando horas de trabajo y sin compensación alguna. Entre ellas, algunos históricos líderes vecinales, como Benito Martínez, Pablo Gómez, José Cañadila, Jose Francisco Albañil, Vicente Ruiz, José Adame, Juan Barba y Manuel Barba, entre otros.
Han sido 36 años de aprendizaje colectivo y de ajustes, porque las condiciones ventajosas de la nueva mútua  dispararon las solicitudes de ingreso, y con ellas también el recelo de la competencia y  más de un episodio de picaresca. 

Fue en el propio seno de la entidad, donde en la primera etapa la junta se vió obligada a modificar las condiciones de ingreso, suprimiendo la cuota familiar. Muchos hijos ocultaban que se habían independizado para seguir cotizando junto a sus padres y ahorrarse su póliza. Detectado el problema, las cuotas pasaron a ser individuales.

El éxito de la mútua, además, inquietó a la competencia. La necesidad de garantizar el equilibrio económico de la entidad también a poner límite a la edad de ingreso,  con la que además se frenó una sospechosa punta de altas. En los años 80 corrió el rumor de que alguna aseguradora bonificaba a sus clientes ancianos por “pasarse” a la mutualidad de Les Arenes, que llegó a temer que un exceso de desesos desequilibrara la entidad.
Són solo algunos de los episodios de la larga hotoria de la entidad, de un proyecto común con el que se  han sentido identificados muchos vecinos del barrio de Les Arenes y también de otros puntos de la ciudad. Una empresa colectiva que, pese a su perfil amateur, jamás ha estado en números rojos. 

La auditoría realizada el año pasado por la Generalitat a la Mutualidad del Centro Social Les Arenes fijaba una media de edad de 36 años y un porcentaje de decesos por debajo de la media del sector. La entidad es hoy una mutua “saneada económicamente”, con un fondo mutual de 615 mil euros  y una cartera de 811 pólizas y en torno a 2.400 beneficiarios. A pesar de la fidelidad de los mutualistas –hay familias en las que tienen polizas tres generaciones– el estudio detectaba un cierto estancamiento en las altas.
Después de tres largas décadas de aventura en común, los mutualistas deberán decidir ahora cuál es el futuro de la entidad. El tema ya se ha abordado en asamblea, aunque de momento no se ha sometido a votación. El calendario apremia relativamente y la junta de la entidad quiere pedir opinión a los mutualistas cuando el marco legal sea el definitivo.

1 comentario:

  1. Interesante artículo que detalla las causas que propiciaron la puesta en marcha de la Mutualidad de Les Arenes, y que, en muchos casos, son las mismas que impulsaron durante las décadas de los 60 y 70 la creación de muchas Mutuas en otras Comunidades.

    Ojalá la Mutualidad de Les Arenes pueda seguir prestando sus servicios durante muchos años más.

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