En Terrassa, un 80 por ciento de la ayuda alimentaria que se distribuye entre los necesitados depende del fondo europeo
Hoy llega al Rebost de Terrassa la partida de víveres procedente de los excedentes alimentarios de Europa afectada por el tijeretazo. La entrega, que llenará momentáneamente el depósito del banco de alimentos, permitirá atender las necesidades de las familias sin recursos sólo durante los próximos tres meses. “En octubre –explica Albert Solé, coordinador del Rebost y técnico de Creu Roja– volveremos a estar a cero”.
Hace mucho tiempo que los gestores del banco local de alimentos afrontan la distribución de los lotes desde la precariedad de recursos, resolviendo las entregas mes a mes. Ahora, el recorte europeo complica mucho más las cosas y lo hace en el momento más grave de la crisis, cuando el número de personas que han perdido el empleo y ya no tienen acceso a ninguna prestación crece exponencialmente.
En abril, el Rebost de Terrassa atendía a un total de 4.200 personas sin recursos ni para alimentarse, y en junio, sólo dos meses después, la agenda de los damnificados se ha disparado hasta los 5.100 terrassenses. Desde el Rebost, además, vaticinan un nuevo repunte de solicitantes en otoño, coincidiendo con el final de algunas prestaciones sociales.
partida incompleta
Los víveres que llegarán hoy al Rebost procedentes del excedente agrario comunitario no permitirán completar la cesta familiar. A final de año, la UE acordó destinar dinero del fondo agrario a la compra esos productos que habían desaparecido del programa, pero la decisión fue tan tardía que no ha habido tiempo para que los productores atendieran la petición de la Unión. La consecuencia es que el envío de hoy contiene lácteos y cereales (leche, galletas, macarrones), pero no productos básicos como tomate en conserva, cacao en polvo, caldo, papillas y leches infantiles de continuidad.
La situación obligará una vez al Rebost de Terrassa a comprar esos alimentos, algo que viene haciendo desde hace tiempo con el dinero procedente de las subvenciones y las donaciones. Hay productos básicos, como el arroz, que no llegan desde enero y alimentos como el aceite, el atún o las conservas de verduras que no llegarán hasta el mes de octubre. Esos productos han sido finalmente reincorporados al programa de ayuda europeo a petición de las entidades sociales, que han conseguido completar el catálogo. Las partidas, sin embargo, se reducirán al 50 por ciento a partir de ahora y “hay rumores de que podrían suprimirse en el futuro”,
comentan desde el tercer sector.
“No podemos continuar sufriendo constantemente, sin saber qué pasará de un mes para otro”, afirma Solé. En algunos bancos de alimentos la aportación europea supone un cincuenta por ciento de la cesta que se entrega a las familias, pero en Terrassa el peso de la ayuda comunitaria en el lote es del 80 por ciento, de manera que cualquier recorte desequilibra por completo la gestión del Rebost.
Los responsables del equipamiento calculan que en verano la capacidad de los excedentes europeos para abastecer el lote de alimentos se reducirá “al 70 por ciento y es muy probable que en septiembre haya descendido ya hasta el 50 por ciento”. Será entonces necesario captar un mayor número de donativos particulares y de empresas para garantizar la atención a todas las personas que lo necesitan. Hasta ahora, explica Soler, “hemos podido dar respuesta a todas las familias. El objetivo es seguir haciéndolo”.
la pobreza no distingue
La crisis sigue golpeando duro a todos los colectivos sociales. Al Rebost y a las entidades sociales acuden a por los lotes de comida los pobres de solemnidad, inmigrantes que han perdido empleo y vivienda, y cada vez más familias autóctonas que, sin trabajo y agotados los subsidios, carecen de recursos incluso para alimentarse. Durante los últimos meses se han incorporado al colectivo jubilados que han consumido sus ahorros acogiendo a sus hijos, y hoy la pensión ya no les da ni para comer.
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