El derrumbe del sector inmobiliario ha golpeado duramente a las arcas municipales. En solo cinco años, la recaudación del impuesto de construcciones y obres (ICIO) y de la plusvalía ha descendido en doce millones de euros. Si en 2007, la liquidación bruta de estos dos tributos ascendió a 15,7 millones de euros, la cifra se sitúa en los 3,8 millones de euros en lo que llevamos de año. A pesar de que la recaudación se encuentra en mínimos, todavía podría haber sido peor si no fuese por la labor de inspección llevada a cabo por los servicios municipales para que niguna obra, venta o reforma escape al fisco.
La caída de las transferencias estatales y autonómicas ha mermado considerablemente la capacidad de actuación de la corporación local, pero la estocada ha venido del lado de los impuestos, que suponen el 60% de los ingresos con los que cuenta el Consistorio para financiarse. No todos los tributos han experimentado la misma caída; han sido precisamente los relacionados con el sector de la construcción, los que durante más de una década ejemplificaron el crecimiento exponencial de las ciudades, los que han impactado de forma más notable sobre las finanzas públicas.
Para el teniente de alcalde de Hacienda, Alfredo Vega, lo peor es que no se ha tocado fondo: “Ahora entraremos en una segunda etapa de la crisis todavía más profunda”. Entre 2007 y 2011 el Ayuntamiento perdió casi 9 millones de euros en impuestos vinculados al ladrillo (ICIO y plusvaluas); que ascienden a 12 millones respecto a lo que llevamos de año, pero el edil estima que la caída podría situarse en 13 o14 millones al alcabar 2013 debido a la escasísima actividad del sector inmobiliario.
La autoliquidación del impuesto de construcción (el pago voluntario y a tiempo del tributo) ha descendido de forma brutal: se pasó de 8,5 millones en 2007 a apenas 570 mil euros en 2011 y a unos 300 mil este año. Esta “sacudida tan fuerte” no ha sido incluso mayor por el plan de inspección iniciado en 2008, que ha permitido “amortiguar” el frenazo del sector inmobiliario, remarca Vega, y recuperar dos millones de esta pérdida . Sin embargo, los réditos de esta labor de control ya se están agotando, lo que unido a la parálisis de la actividad constructiva hace pensar que la bolsa de ingresos aún disminuirá más.
El pago de las plusvalías ha sido similar: en solo un año (entre 2007 y 2008) la autoliquidación descendió un 50%, un porcentaje que se ha mantenido a lo largo de los años. La inspección ha permitido que finalmente la merma en la recaudación se cifre en tres millones de euros al finalizar 2011.
la pérdida de la vivienda
El cobro de la plusvalía, especialmente en los últimos dos años, se ha convertido en materia sensible para la corporación local. La ley obliga a que sea el vendedor quien paga el tributo, responsabilidad que va a parar a la persona que pierde la vivienda cuando hay una ejecucicón hipotecaria.
Vega asegura que el Ayuntamiento debe hacer cumplir la ley, pero que en este momento hay muchos expedientes paralizados por la imposibilidad de los ciudadanos de pagar. El edil reclama al Gobierno, como ya hivieron en el pleno del mes de mayo, que en caso de ejecuciones hipotecarias sea la entidad bancaria quien deba pagar el impuesto al Ayuntamiento.
Este supuesto está recogio sólo en el caso de que deudor y banco lleguen a un acuerdo de dación en pago d ela vivienda en el marco del código de buenas prácticas aprobado por el Gobierno.
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